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miércoles, julio 11, 2007

EL HOMBRE QUE RIE



Fernando de Felipe es un autor excesivo dentro del panorama nacional, con un estilo sumamente descarnado, mantecoso y gore que, sin embargo, ha sido capaz de ofrecernos una exquisita adaptación de una obra del escritor francés Víctor Hugo, El hombre que ríe. El personaje sarcásticamente deformado en una sonrisa permanente le sirve de excusa para realizar la que se considera la mejor de sus obras.
Esta acomodación de la novela al formato de la Banda Diseñada es de una brevedad pasmosa, destilando la historia y sus personajes a lo esencial, con ciertas variaciones e impregnando toda la historia de un romanticismo funesto que vibra en lo más oscuro de la noche.
Estructurado en seis partes, el relato comienza de forma más o menos fiel a libro, con el abandono de Gwynplane por parte de los compraniños quienes, arrepentidos de su crimen, se arrojan al mar con la esperanza de enfrentarse al juicio divino y la expiación de sus pecados. Sigue con el encuentro de Gwynplane con la ciega Dea junto a su madre muerta y con Ursus y su lobo Homo, quien los acogerá. La vida transcurre plácidamente para ellos hasta que un tal Lord Bellelv encuentra la forma de enriquecerse a través de la restauración de Gwynplane a su status de Lord, arrebatado tiempo ha con el asesinato de de su padre. El capitulo del encuentro de Gwynplane con Lady Josiana es exquisitamente perverso a pesar de su forzado erotismo. Por el contrario, la figura de Dea aparece bastante desdibujada y carente de temperamento.
El relato finaliza de forma trágicamente poética. Un aullido que rasga el alma.
A nivel gráfico, sigue una modulación vibrante y colorista, adaptándose a los vaivenes de las voces de fuera de cuadro, a modo de un relato superpuesto. Y es en estos diálogos donde se condensa casi toda la fuerza expresiva del álbum, unas oraciones que ponen los pelos de punta. Como muestra un botón:

He visto como te traían... Te he visto y te deseo. Eres tan monstruoso... ¡Eres una maravilla! Eres el monstruo de mis sueños. Yo soy la Eva... la Eva del abismo. Y tú eres como la manzana del infierno. Necesitaba un amor como el de las Medeas... Me gusta verme degradada a tu lado... provocándote... Me has visto desnuda y soy hermosa ¿No es cierto? Serás mi amante. Tiene sabor extraño el amante grotesco y repugnante ¡Mírate! ¡Mírate en mí como en un espejo! Tu semblante es mi alma... Tú eres monstruo por fuera. Yo lo soy por dentro. No sabes hasta que punto soy perversa. Soy perra para ti y loba para el mundo... La mujer es arcilla... yo quiero ser fango.
Lady Josiana.

Desconozco hasta que punto es parte de la prosa de Víctor Hugo y cuanto hay de la mano de Fernando de Felipe pero es evidente su gran peso literario, que todavía no acaba de encontrar su equilibrio con la narrativa viñetística pero esta es una muy digna adaptación y dejando de lado los más pequeñas chispas separatistas entre literatura y cómic, es una obra de suculenta lectura.
Publicado en 1992 por Toutain en una lujosa edición que viene acompañado de un libreto titulado El hombre que ríe. Wocetos, una herramienta interesante para comparar los bosquejos con su concepción final. También existe una edición más reciente de Glénat.

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