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lunes, enero 09, 2006

PALOMAR



No he podido resistirme a escribir algo sobre el Palomar de Beto Hernández, que ha sido la mejor experiencia del año pasado pues aún releyéndolo hasta cinco veces, nunca me canso de explorar hasta los más recónditos recovecos de esta elaboradísima obra publicada en dos volúmenes y que recoge todo lo publicado dentro de la mítica revista Love & Rockets. Lo cierto es que, anteriormente, gustaba más de las aventuras de las Locas de Jaime Hernández, prefiriéndolo incluso a las correrías de Luba en Palomar y aquí estoy para rectificar de mi gran error. Gran parte de culpa la tiene la editorial de La Cúpula al tener la brillante ocurrencia de incluir dentro de la colección Brut Comix un trozo de la saga de Palomar pero comenzando por el final, es decir, recogiendo el resto de la saga a partir de la etapa de Be Bop a Luba (1999) hasta el final lo que provocaba un contacto directo con la parte más avanzada de la obra sin habernos familiarizado con el resto de los personajes y sus circunstancias vitales ni ubicarnos en el pueblo de Palomar. Era como bordear de pasada el pueblo, sin conocer su centro urbano. La cosa no es para menos pues lo primero que se leía era el retorno de Jesús a Palomar sin conocer sus antecedentes penales y aparecía una Luba envejecida de la que se desconocen sus vivencias en dicho pueblo. Estas y muchas otras anécdotas que parecían no venir a cuento, me obligaron a rechazar una obra de la que no conocía la mayoría de los detalles necesarios para su comprensión, como un libro al que le faltaban las páginas esenciales. A ello hay que sumarle un estilo en apariencia sencillo y a veces tosco que provocaron que mi interés se inclinase hacia el maravilloso trazo de Jaime Hernández.

También hay que tener en cuenta que se había publicado dentro de la misma colección Río Veneno (2000) y aunque es una obra completa que no precisa conocimiento del pueblo de Palomar, no era una obra que propiciase demasiado interés en conocer el pasado de la maravillosa Luba, no sin conocer su arrebatante personalidad forjada en el pueblo de la frontera de méxico con EEUU.

Pero bueno, no hay mal que cien años no dure y ahora se ha vuelto a reeditar la obra completa en dos volúmenes a partir de la gruesa edición americana de Fantagraphics y una vez leídos y releídos ambos volúmenes solo puedo decir una cosa: a Gabriel García Marquéz le ha salido un serio competidor.

Y es que los habitantes de Palomar y sus lazos de unión son de una fascinante y absorbente complejidad sumamente elaborada. Pero esta no es una narración de vivencias separadas sino una obra coral provista de una férrea arquitectura en la que, el que mas y el que menos, todos aporta su punto de apoyo para construir un edificio mítico y legendario que invita al espectador a explorar por todos sus rincones. Un examen arduo y necesario si se quiere vislumbrar la edificación en toda su amplitud. Por supuesto, no me voy a molestar en exponer las elaboradísimas personalidades de los palomarienses y sus sorprendentes relaciones interpersonales que brillan con luz propia, cada uno de ellos, ni en observar la lograda aureola de misticismo rural de profundas raíces mexicanas, ni en citar la excelente verborrea que destilan cada uno de los personajes con citas lapidarias repletas de un fino humor cínico, ni en desvelar la tensión creciente de cada una de las sagas en la que merece especial atención la que lleva por título Diastrofismo humano y que ocupa una larga parte del segundo volumen, ni en analizar el ritmo narrativo de las viñetas, muy alejado de otras publicaciones más dinámicas pero que consigue cumplir hasta la saciedad las expectativas del lector más avezado y mucho menos me voy a detener en un estilo gráfico simple pero sumamente expresionista con tintes populares.
Todo esto lo debéis comprobar por vosotros mismos. No esperéis a que sea yo quien os lo cuente y os aseguro que el intentarlo os proporcionará una de las experiencias más gratas de vuestra miserable existencia.

Una excelente oportunidad que no se debe de pasar por alto y que debe de ser completada con la reedición de Río Veneno. Tres tomos que ocupan un lugar de prestigio en mi biblioteca.

Solo una cosa me preocupa.

Y es que en la reciente edición española de Palomar no aparecen un par de historias cortas relativas a la relación entre Gorgo y María, la madre de Luba que si aparecían en la antigua edición de Brut Comix. ¿Qué habrá sido de ellas? ¿Se les habrá pasado por alto o no formaban parte de la obra? O quizás sea cosa de la edición americana de Fantagraphics… Me explico. No hace mucho tuve la ocasión de adquirir en un arrebato consumista el volumen recopilatorio de Locas de Jaime Hernández en su edición original y al compararlo con los tomitos de Brut Comix también tuve ocasión de observar que faltaban un nutrido grupo de historias cortas. ¿Culpa de la edición americana? ¿Dejadez por parte de La Cúpula?

En todo caso, espero que los de la editorial de La Cúpula tengan en cuenta estas historias desaparecidas y más aún estando al caer la esperadísima edición española del recopilatorio de Locas.

Crucemos los dedos…

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