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viernes, mayo 13, 2005

BITCHY BITCH. HA NACIDO UN PUTON



Bitchy Bitch, ha nacido un putón es un cómic que demuestra que las mujeres pueden ser tan brutas, o incluso más, que los hombres pues el Odio de Peter Bagge se queda en una revista infantil para niños de tres años al lado de esta obra de Roberta Gregory, editada entre Alecta Editorial y Recerca en 2003.
Roberta Gregory es considerada en los USA como la reina del underground y la cosa no es para menos. Si entendemos el cómic underground como el cómic de carácter feísta que se desmarca de los cánones establecidos y cuyos temas arremeten contra los valores morales de la sociedad pues estamos ante una de las obras más representativas del género. Hay quien dice que el personaje de Bitchy es la propia Roberta Gregory aunque ella afirma que es la última persona que le gustaría tener a su lado. La cosa no es para menos pues en el presente volumen asistimos a las peripecias de una mujer de clase media que trabaja en una oficina, cabreada con el mundo y descargando su mala leche contra todo lo que se mueva, hable o respire, aunque solo sea de pensamiento. Así, a través de historias cortas asistimos a un fin de semana del Putón, a la infancia del Putón en la que comprendemos las razones de su forma de ser y a la adolescencia hippie del Putón en la que asistimos a la perdida de su virginidad, su primer embarazo y su primer aborto contada sin escatimar detalles. Resulta especialmente escalofriante su aborto clandestino donde, de entrada, la desinfectan con un producto de la limpieza. Todo ello además de estar aderezado de un humor negrísimo, en el fondo tiene algo de moraleja didáctica.
Pero no quiero asustar dando la impresión de ser esta obra un catalogo de asquerosidades sino que es una obra que refleja con gran efectismo a la realidad a través de espejos que devuelven imágenes grotescas y deformes, como en el esperpento de Valle Inclán.
Creada en 1989 como una especie de broma, sus guiones son un derroche de observación del entorno cotidiano y los pequeños detalles que nos exasperan o sacan de nuestras casillas, más concretamente a las féminas. Es de destacar la larga verborrea mental que posee nuestra protagonista, vertiendo un bote de ácido corrosivo sobre cada imagen camuflada con la etiqueta de políticamente correcto. Y lo cierto es que no se corta un pelo, como por ejemplo que se ande rascando el c*** mientras habla con su madre hortera por teléfono. Todo un ejemplo de antiheroína y orgullosa de serlo.
Gráficamente marca una diferencia bastante grande con sus anteriores obras de una línea depurada como Sheila and the unicorn, Dynamite Damsels o Artistic Licentiousness. En Bitchy Bitch el trazo es llevado por la amargura y la furia como una especie de garabatos dibujados por una niña esquizofrénica pero llenos de expresividad y movimiento que nos arrancan más de una sonrisa maliciosa. En ocasiones es demasiado explícita gráficamente lo que no hace sino mostrarnos la magnitud del acontecimiento sin medias tintas.
En España solo se han publicado dos volúmenes, desconociendo si se ha cancelado la colección pues todavía queda mucho que publicar de esta fantástica autora.
¡Mujeres! ¡Si estáis cabreadas y amargadas, este es el cómic que os sacará del pozo!

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