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martes, abril 12, 2005

BEAVIS AND BUTT-HEAD



Como hoy me he levantado un poco escatológico comentare uno de los cómics más descaradamente zafios que han pasado por mi estantería en los últimos años. Estoy hablando de Beavis and Butt-head. Estos personajes, creados nada menos que por un psicólogo, Mike Judge, nacieron el 8 de marzo de 1993 en el programa de MTV, Liquid Televisión, y desde entonces ambos zopencos han sido elevados a la categoría de símbolos culturales, convirtiendo su estupidez en una forma de arte que incluso ha sido analizado por respetados semióticos. ¿Dónde? Aquí.
Tengo que reconocer que verlos en la tele tenía su gracia, debido a su innata estupidez y su garrulez. Su función en la MTV era la presentación de videoclips musicales de forma zafia y sarcástica, pero sobradamente estudiada, al tiempo que protagonizaban un argumento falto de toda ética y moral. Su cometido en su versión sobre papel no cambia mucho, solo que su atención se centra en los cómics, por lo general sacados del circulo mainstream, al mismo tiempo que desarrollan estúpidas aventuras provocadas por su mente unineuronal. Lo creáis o no, el origen de estos cómics parte de un acuerdo entre Marvel y la MTV, dejando el guión en manos de Mike Lackey y el dibujo a cargo de Rick Parker. Su publicación en España se dio en 1995 de la mano de Planeta dentro de World Cómics y no ha durado demasiado tiempo, siendo finalmente recopilados en uno o dos tomos y vendidos a precio de saldo.
Y ahora si me lo permiten, voy a descargar toda mi mala baba con este cómic.
En un intento de captar el espíritu contracultural de la serie de la MTV, las aventuras de Beavis and Butt-head parecen que han sido pensadas por una neurona coja y escritas sobre papel de cagar. Dichos argumentos poseen una asombrosa capacidad para crear una absurda reacción en cadena que les hará hundirse constantemente en la mierda por el más miserable acontecimiento. Sus diálogos son repetitivos, intencionadamente incoherentes y plagados de confusiones semánticas de carácter escatológico o pornográfico. Además las putas risitas de Beavis y los jodidos jadeos de Butt-head ponen un rato nervioso al personal.
Insertadas en medio de la historia aparecen comentarios de cómics mainstream como el Punisher y similares, sorprendentemente dibujados por el mismo autor, estableciendo un cambio radical en su grafismo de subnormal profundo.
Y digo estilo de subnormal profundo, pues parecen dibujados con el culo, sin la más mínima preocupación por la perspectiva o la anatomía, siendo las caras de Beavis y Butt-head, unos patrones repetitivos con su versión de frente, perfil y espalda, sin apenas movimiento en contraste con los personajes secundarios, más trabajados.
Parecen historias dibujadas por un chaval presidiario en potencia. Las cosas acontecen en un estilo directo y sin alusiones. Es decir, que te vomitan directamente a la cara y te quedan los tropezones de guisantes en el pelo, y encima te ríes.
En definitiva, como dirían los protagonistas, apestan.
Pero si alguna virtud hay que encontrarle es el inmenso trabajo de los rotulistas que han calcado a la perfección las letras-dibujos de su versión americana. Un trabajo tan bien hecho como inútil.
Por suerte sólo tengo los dos primeros números.

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