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lunes, febrero 07, 2005

SNOWHITE



Bueno, si tomamos la definición de Scott MacCloud sacada de su estupendo libro Como se hace un cómic, en el que define el cómic como “Ilustraciones yuxtapuestas y otras imágenes en secuencia deliberada con el propósito de transmitir información y obtener una respuesta estética del lector” y si eso incluyen los cuentos (infantiles o no) acompañados de imágenes entonces creo que podré comentar este estupendo libro de Ana Juan, una de las mejores dibujantes españolas de los últimos años.
Este libro, Snowhite, se trata de una oscura revisitación del mito infantil creado por los Hermanos Grimm en la que si lo contrario de blanco es negro, lo contrario del Blancanieves de Walt Disney es el Snowhite de Ana Juan, así que imagínense. Snowhite, nuestra protagonista, es una bella huérfana taciturna mientras que la Madrastra es un torrente de narcisismo psicópata que acaba enviando a su hijastra, no al bosque sino a los suburbios de la gran ciudad donde se encontrara con todo tipo de horrores: asesinatos, prostitución, violencia, etc… hasta que encuentra refugio en una taberna regentada por 7 enanitos. Pero atención, estos enanitos no son tan riquiños como los pintan sino que son unos maleantes del tres al cuarto que se aprovechan de ella para llevar su taberna. Si conocen el cuento, entonces sabrán que la Madrastra llegara hasta ella para envenenarla con una manzana, solo que en este caso no es una manzana y es aquí donde la autora da el giro más radical. Por supuesto, no pienso decir con que acaba envenenándola pues esto estropearía la visión de una de las imágenes más terroríficamente hermosas que han pasado por mi retina en los últimos años y no exagero. Su sola visión atrae tanto como la roja manzana con que tienta a Snowhite y al mismo tiempo nos envenena como si le hubiéramos pegado el mordisco fatal. En fin, que los 7 enanitos la encuentran dormida y en vez de llorar por ella la exhiben en la vitrina de la taberna para atraer a los clientes hasta que Mr. Prince la encuentra y hasta aquí hemos llegado. Atención al final, que nos llevará de nuevo al principio, en un circulo vicioso como el malsano ambiente del libro.
Las grandes láminas maravillosamente sombreadas con grafito se alternan con claras siluetas negras de tinta china, resultando especialmente lograda la Madrastra de Snowhite, una suerte de femme fatale de turbadora belleza, mientras que los 7 enanitos nos recuerdan a los cuadros de Brueghel o El Bosco. Las siluetas negras que acompañan al texto son todo un homenaje a la estética de Audrey Beardsley, con una sorprendente musicalidad que da ritmo a la narración. Mención aparte merece el texto ya que, aún siendo breve, es sumamente intenso que no desentona con las imágenes sino que las complementa, dando un conjunto perfecto de una vivísima poesía lúgubre con algunos toques de sombrío erotismo.
En fin, que más decir de uno de las mejores versiones de Blancanieves que se pueden encontrar, teniendo en cuenta que todos los cuentos que nos contaba nuestra mamá antes de dormir no son más que versiones edulcoradas para proteger a los infantes cuando el propósito original de tales cuentos era prevenirlos contra los males del mundo de una forma realista y popular. Así, a caperucita no le venía el cazador y la sacaba de la barriga del lobo sino que se la comía y se acabó, y le esta bien empleada por andar preguntando a desconocidos. En fin, espero no haber removido demasiadas tiernas almas.
Por cierto, el libro esta publicado por la editorial valenciana de De Ponent, dentro de la Col.leció Mercat, con premio al libro mejo ilustrado de la Generalitat Valenciana.

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